Entrevistas

25/09/2013

Entrevista a Josep Piqué i Camps. Presidente del circulo de Economía de Catalunya

«Lo que necesita un emprendedor es que no le ponga obstáculos»

 Josep Piqué i Camps (Villanueva y Geltrú, Barcelona, 21 de febrero de 1955) Economista y empresario español. Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona fue nombrado Ministro de Industria en 1996, cartera que compaginó desde 1998 con la de portavoz del Gobierno. En la siguiente legislatura, ocupó los cargos de Ministro de Asuntos Exteriores de 2000 a 2002, y Ministro de Ciencia y Tecnología de 2002 a 2003. Desde septiembre de 2003 hasta julio de 2007 fue el presidente del Partido Popular de Cataluña. En 2007, fue nombrado presidente de la aerolínea de bajo coste Vueling, de la que ha formado parte hasta este mismo año. A principios de 2009 lanzó Pangea 21 Consultora Internacional, una firma especializada en asesorar a las empresas a salir al exterior, especialmente a los países emergentes. En ella ocupa el cargo de presidente. Está casado desde el año 2009.

Una vez que ha dejado la política de primer nivel, ha pasado a la empresa privada, ¿cree que es necesaria o conveniente eliminar la figura del político profesional?

No necesariamente. Pero sí que no deben monopolizar la actividad política como está sucediendo en la actualidad. Es bueno que haya ‘puerta giratoria’ porque eso ayuda a que personas de valía profesional estén dispuestas a dedicar unos años de su vida profesional al interés general.

Decía usted recientemente que la situación es mala, seria y grave…, ¿qué es, desde su punto de vista lo que nos ha llevado a esta crisis tan profunda? ¿Cree que realmente España actuó tarde? ¿Cree que si, como hizo Alemania en 2008, se hubieran empezado antes las reformas, se hubiera minimizado algo la incidencia de la crisis?

La situación es todavía grave, pero gracias al ajuste del sector privado, la salida de la crisis se empieza a vislumbrar. Y eso es así porque se están corrigiendo los excesos que, sobre todo en términos de deuda, se acumularon después de demasiados años de políticas monetaria y fiscal excesivamente expansivas. Y porque se están afrontando, por fin, reformas que afectan a nuestro mercado laboral y a nuestro sistema financiero. Falta la reforma de las Administraciones Públicas.

¿Qué opina de la crisis institucional que sufre España y la desafección de la sociedad respecto a los políticos? ¿Teme una explosión social? ¿Cómo se refleja esto en la sociedad? ¿Dificulta esta crisis de credibilidad política la salida de la crisis?

España va a salir de la crisis económica, pero debe plantearse una imprescindible necesidad de afrontar la crisis de legitimidad de buena parte de nuestras instituciones y de nuestro sistema de representación política vigente desde la Transición. Y eso pasa por reformas políticas profundas. Si no la desafección de las generaciones nuevas será irreversible. Y eso dificultará, sin duda, la salida de la crisis económica.

Usted fue Ministro de Exteriores ¿Cómo ven desde Europa a España? ¿Y a los españoles? ¿Y los políticos españoles?

Europa apenas se ve a sí misma en estos momentos, desafortunadamente. Y el problema no es España. El problema de Europa es político.

Desde su posición como empresario, ¿cree que estos escenarios perjudican la imagen de España? ¿Y la economía?

La imagen de España se recuperará cuando se recupere nuestra economía y abordemos seriamente nuestros desafíos institucionales y políticos. No depende de campañas de imagen.

¿Han perdido los españoles la ilusión por empujar para superar la crisis? ¿Se puede recuperar la esperanza? ¿Cómo?

No se ha perdido nada. Y la prueba es el enorme esfuerzo que el sector privado esta haciendo para recuperar la competitividad perdida. Y ahí está la esperanza.

¿Es el momento de posponer ciertos temas, y que de una vez por todas, vayamos todos a una? ¿Se podrá conseguir la unidad en materia económica?

Es importante el consenso en los temas de largo plazo, desde la política exterior, a la educación o las pensiones. Pero lo más urgente es que el Gobierno actúe, tome decisiones y contribuya a favorecer el esfuerzo de la sociedad.

Volviendo a la economía, hace tiempo que usted vaticinaba que los desequilibrios perdurarían hasta 2016 o 2017, ¿sigue manteniendo esta previsión?

Sí, si entendemos la recuperación de equilibrios macroeconómicos básicos para la sostenibilidad del crecimiento. Sí que podemos ver un punto de inflexión, débil, en el crecimiento del PIB, a finales de este año, y creación de empleo neto, en términos anuales, en el 2015.

¿Ve entonces brotes verdes en el futuro a corto plazo?

Los que se derivan de la devaluación interna que están haciendo los agentes económicos y que se reflejan en la buena evolución de nuestras cuentas exteriores.

¿Y cómo vamos a hacerlo? ¿Qué recomienda?

Que el Gobierno ayude. Que ajuste, de verdad, sus gastos y sus ingresos, sin descargarlos sobre el sector privado.

¿Cree que están hechas ya todas las reformas estructurales necesarias para salir de la crisis y que la economía funcione de la mejor manera posible?

Evidentemente, no. Queda mucho por hacer en el mercado laboral, en la educación, en pensiones o en las Administraciones Públicas…

Después de la construcción, ¿sólo nos queda el turismo?

No. El turismo sigue siendo esencial y la construcción, sin repetir excesos, tiene que volver a jugar su papel. Pero la evolución positiva de las exportaciones de bienes y servicios nos indica que, afortunadamente, la economía española dispone de otros sectores muy competitivos.

¿Mantiene la receta de la devaluación interna para la superación de la crisis?

Sin duda. Se está haciendo muy rápidamente y esto explica que podamos ver salida, por fin.

¿Ha sido útil la reforma laboral? ¿Cuándo cree que se verán realmente los frutos de esta reforma?

La descentralización de la negociación colectiva está contribuyendo a la devaluación interna. Pero queda mucho por hacer en el ámbito de la contratación y en la eliminación de la insufrible dualidad de nuestro mercado de trabajo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) reclama a España con urgencia profundizar en la reforma laboral para abaratar el despido, reducir los sueltos, reducir el número de contratos y simplificar la negociación colectiva, ¿lo ve necesario?

Algunas cosas ya las estamos haciendo y de forma rápida. Me gusta la insistencia en afrontar el caos de nuestro sistema de contratación.

Usted ha encabezado la XXIX Reunió del Cercle d’Economia, ¿Qué les ha llevado a proponer una reforma de la Carta Magna?

La necesidad de incorporar de manera clara a nuestro sistema institucional a todos los que no tuvieron ocasión de votar la Constitución: hoy tienen 56 años o menos… La inmensa mayoría.

¿Minijobs, sí o no?

Sin duda. No es asumible una tasa de desempleo juvenil del 56%.

Ya está sobre la mesa la propuesta del Gobierno para la reforma de las administraciones, ¿comparte que es una de las reformas más ambiciosa de este Gobierno? ¿Cree que será útil? ¿Habrá consenso?

Es una buena reforma para racionalizar lo existente. Y bien está. Pero no va al fondo. Probablemente porque es político.

Recientemente, en una entrevista en televisión, decía que es “inevitable” que suban los ingresos públicos, pero ve “fundamental” que para ello se haga una reforma fiscal que amplíe la base de contribuyentes. “En la situación actual, es mejor subir los impuestos indirectos que los directos“. ¿Sería conveniente una bajada del IVA?

La reforma fiscal no puede consistir en seguir subiendo los impuestos de los que los pagan, sino conseguir que más gente pague. Y, sin duda, es mucho mejor, orientar la recaudación hacia los impuestos indirectos. Y así, igual incrementamos la recaudación por los impuestos directos…

¿Qué reforma fiscal propone? ¿Cree que sería buena para la economía? ¿Porqué?

El sistema fiscal español viene de la reforma fiscal de finales de los setenta. Ya es hora de cambiarlo. No puede ser que los ingresos públicos descansen fundamentalmente sobre los asalariados de rentas medias/altas.

Hace poco se ha aprobado la Ley de Apoyo a los Emprendedores, ¿la ve positiva? ¿Qué consejos daría a un emprendedor que va a iniciar un proyecto empresarial?

Sí. Todo ayuda, si se hace bien y no queda en palabras. Lo que necesita un emprendedor es que no le pongan obstáculos.

Se ha criticado mucho la instalación de aeropuertos, como el de Castellón, o estaciones de AVE, en lugares en los que no es necesario o no es rentable, ¿se debe moderar la instalación de ciertas infraestructuras y pensar más en su rentabilidad económica?

Ha habido errores y excesos. Pero la dotación de infraestructuras que tenemos en España es extraordinaria. Veamos cómo podemos aprovecharla.

Se publicaba hace unas semanas que la mayoría de los jóvenes españoles quieren ser funcionarios, ¿realmente nuestro problema es que no tenemos la mentalidad empresarial como en otros países?

Efectivamente es así. Y es una rémora para nuestra competitividad. Si se prima la seguridad sobre el riesgo, se acaba en el inmovilismo.

¿Cree que en España es fácil poner en marcha una empresa o la burocracia es excesiva? ¿Estaría de acuerdo con reformar este procedimiento y que llegara, como en otros países, que se pueda constituir una empresa en pocos minutos por internet?

Claro. Ojalá la Ley de Emprendedores contribuya a eso.

¿España es destino para la instalación de empresas extranjeras? ¿Qué ventajas ofrece España respecto a otros países de nuestro entorno para acoger esa iniciativa empresarial extranjera?

Lo vemos en la industria de la automoción. Si ofrecemos flexibilidad y orientación al exterior, seguimos siendo un país atractivo.

¿Pasa también el futuro de nuestras empresas por instalarse en el exterior o España está aún por explotar por nuestros empresarios?

El futuro está en el mundo. Es la mejor manera de garantizar estar también dentro.

Siguiendo con el AVE, España es el segundo país del mundo, tras China, con más kilómetros de alta velocidad ¿cree que el AVE tiene que llegar a todos los puntos de España o considera que se deberían mejorar en ciertos lugares otras vías de comunicación?

Es evidente que hay márgenes para racionalizar la red y que eso debe hacerse compatible con otras vías de comunicación. El debate debe ser económico y no político.

¿Qué le parece Granada?

Sublime. Nada puedo añadir a esa definición.

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