Entrevista a Leandro Cabrera Mercado, Of Counsel de HispaColex Bufete Jurídico
Leandro Cabrera Mercado (Granada, 1959), casado y padre de dos hijas, es en la actualidad decano del Ilustre Colegio de Abogados de Granada. Académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Granada, es consejero del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados, donde preside la Comisión de Relaciones con la Administración de Justicia a nivel andaluz y consejero del Consejo General de la Abogacía Española. Igualmente es consejero, por designación unánime de la Abogacía Andaluza, del Consejo Consultivo de Andalucía. Of Counsel de HispaColex Bufete Jurídico, está especializado en las áreas del derecho mercantil, civil, de seguros y médico-sanitario.
1ª.- ¿Por qué decidiste dedicarte a la abogacía y qué destacas de tu profesión?
Siempre tuve la intención de dedicarme al ejercicio profesional de la abogacía. Ya desde que tomé la decisión de estudiar derecho sabía que me dedicaría al ejercicio. Mi bisabuelo fue abogado. Mi abuelo fue abogado (fue el colegiado nº 9 del Colegio de Granada) y mi padre también estudió derecho aunque nunca ejerció, así que casi por herencia familiar tuve claro que yo también estudiaría derecho. Y a medida que pasaban los años en la carrera tenía más claro que quería dedicarme al ejercicio, porque la abogacía la entiendo también como una suerte de vocación que fue creciendo a medida que iba conociendo las diferentes materias del derecho. No quería opositar porque para eso hay que tener un perfil muy especial que no era el mío. Yo supe desde el principio que el poder ayudar a los demás a resolver sus problemas con la técnica y la práctica jurídicas era lo que más me llenaba; y si encima podía vivir de ello era lo mejor que podía ocurrirme. Y afortunadamente así ha sido.
Aunque en esta profesión, cuando se trata de llevar un pleito al juzgado, tienes siempre la sensación de que el resultado final no depende al cien por cien de ti, ni de tu estudio ni de la preparación del asunto. Y es que la decisión finalmente la toma otro (un juez) y puede ser que no coincida con tu punto de vista. Y eso produce cierta frustración. Pero a la vez es la esencia y lo apasionante de nuestra profesión. Porque se trata en definitiva de convencer a un tercero (un juez) de la bondad de tus pretensiones a través del estudio previo y de un planteamiento inteligente y acertado de la cuestión a debatir. Afortunadamente, en derecho no siempre dos y dos son cuatro, porque existen diversas interpretaciones de la norma que hacen que el derecho sea algo vivo, en continuo movimiento. Por eso ningún caso es igual a otro; cada uno es especial, de ahí lo apasionante del ejercicio.
2º ¿Cuál crees que es el papel del abogado en la sociedad?
Estoy convencido que ha sido y seguirá siendo esencial como facilitador del orden social. Conocedor de las leyes, asiste y representa en la defensa de sus derechos a la persona, ya sea física o jurídica. Un abogado debe tener capacidad de análisis y de argumentación para exponer tanto a sus clientes como en los tribunales, las circunstancias de cada caso y su relevancia. Sin embargo, para ser abogado, hay que añadir a estas capacidades una seña de identidad profesional que nos identifica como colectivo, el deber de lealtad a nuestros orígenes, pues sean cuales sean los cambios sociales, nuestra labor será la de seguir prestando auxilio legal a los ciudadanos que lo precisen.
3º ¿Cuál ha sido el impacto de la transformación digital y cómo seguirá afectando al sector jurídico?
La abogacía no es ajena a la transformación digital que ya teníamos asumida para la progresiva adaptación de los profesionales a los cambios. Es cierto que la irrupción de la pandemia aceleró un proceso tecnológico que ya era imparable, aunque, hasta entonces, se consideraba opcional. El sector jurídico ha dado muestras, una vez más, de su sentido de adaptación a la nueva realidad, en la que el paradigma de la relación entre abogado-cliente se ha transformado, ampliando vías de comunicación digitales que, a pesar de contar con algunas reticencias por la pérdida de presencialidad, han venido a sumar, acercándonos a la sociedad por muy diversos canales.
La transformación digital, entendida como la implantación de herramientas tecnológicas que agilizan nuestro trabajo, que nos permiten búsquedas instantáneas de jurisprudencia, acceso directo a todas las leyes, doctrina y análisis de expertos juristas, debe ser entendida también como una oportunidad de mejora de nuestro servicio profesional en beneficio de la ciudadanía.
4º ¿Cuáles dirías que son los pilares que conforman la cultura de HispaColex?
HispaColex ha sabido crear un entorno de constante innovación para el ejercicio de la abogacía, tanto preventiva como en los tribunales, donde tienen cabida no solo el abogado “asesor” y el abogado “de toga”, sino también un conjunto de profesionales que lo dotan de espíritu empresarial y que complementan la prestación global del servicio al cliente, entre los que se encuentran economistas, graduados sociales, auditores, catedráticos, etc…, junto a expertos en marketing o gestores de comunicación y redes sociales. Creo que el pilar más importante del bufete lo constituye su equipo.
A mi buen amigo y compañero, Javier López y García de la Serrana, le gusta decir que las personas que se integran en el equipo de HispaColex deben ser, en primer lugar, buenas personas y, en segundo término, buenos profesionales. Desde mi condición de Consejero externo de la firma, he tenido la oportunidad de constatar esa calidad humana y profesional de cada uno de sus miembros, cualidades a las que añadiría su entrega al cliente y su grado de implicación con los valores del despacho.
5ª.- Recientemente has revalidado tu cargo como Decano del Colegio de Abogados de Granada para los próximos cuatro años ¿cómo afrontas esta nueva etapa?
Afronto la nueva etapa como decano con tantas ilusiones o más que la primera vez que fui elegido hace ahora cuatro años. Nos quedan a la nueva Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Granada cuatro años por delante verdaderamente apasionantes. Si tuviera que resumir nuestras intenciones diría que el objetivo es seguir prestigiando la imagen del Colegio de Abogados porque entiendo que así se honra también la imagen de cada uno de sus colegiados, que es lo realmente importante. Por supuesto que existen actuaciones concretas que pondremos en marcha en cuanto tomemos posesión de nuestros cargos el día 23 de diciembre y que serían muy largas de enumerar en este momento, aunque nuestros compañeros las conocen sobradamente.
También ayudaremos en todo cuanto se nos pida opinión o apoyo para intentar hacer progresar a la sociedad granadina, porque formamos parte importante de ella. Y si Granada, como ciudad y como provincia, avanza en todos sus aspectos, pero sobre todo en el económico, todos nos veremos favorecidos por ese progreso. Y en eso los abogados siempre tendremos algo que decir, aportando nuestro punto de vista y colaborando sin ningún sesgo partidista en lo que consideremos que sea mejor para nuestra tierra.
6ª.- Como miembro del Consejo Consultivo de Andalucía y de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Andalucía oriental, ¿en qué medida cree que pueden ayudar las Instituciones a paliar la actual situación de crisis social y económica?
Las instituciones que ha mencionado son dos referentes claves en nuestra región. El Consejo Consultivo de Andalucía es un órgano, como su propio nombre indica, de consulta y emisión de informes respecto a numerosa normativa que nace del Poder Legislativo andaluz y que garantiza su adecuación a la legislación vigente tanto a nivel autonómica como nacional, procurando que se adapte a lo que un estado de derecho requiere. Es garantía de legalidad e independencia, lo que se ha de traducir en tranquilidad para la ciudadanía, en la confianza de que hay mecanismos de control para evitar abusos y excesos por parte de los poderes públicos.
En cuanto a la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Granada, la misma es también una institución necesaria, porque en ella se reúnen juristas del más alto nivel, con un reconocido prestigio, que ponen al servicio de la sociedad su experiencia y conocimientos en numerosos ámbitos de la vida cotidiana.
Y aun cuando tales instituciones ni pueden ni deben intervenir directamente en la vida económica o política de Andalucía o de Granada, sería bueno que sus opiniones y pareceres, siempre desde el punto de vista técnico jurídico, tuvieran el peso que se merecen en las decisiones que adopten los que tienen la facultad para ello. Y es que solamente les mueve el interés por el desarrollo y progreso de nuestra Andalucía, ya que sólo desde una Andalucía fuerte y próspera se podrá mejorar la calidad de vida de los andaluces que ha de ser, en definitiva, la razón de ser de la actuación de todos los poderes públicos.