“Los otros indignados”
Los empresarios critican el actual “galimatías” normativo que sufrimos, la inseguridad jurídica de las inversiones y la falta de reformas “reales” para salir de la crisis “sin claves electoralistas ni políticas”.
La Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) celebró el pasado 30 de junio en Sevilla una convención patronal bajo el título LA EMPRESA COMO SOLUCIÓN, a la que asistieron más 3.000 empresarios, donde se criticó el actual “galimatías” normativo que sufrimos, la inseguridad jurídica de las inversiones y la falta de reformas “reales” para salir de la crisis “sin claves electoralistas ni políticas”, como dijo el presidente de la CEOE, Juan Rosell, quien sentenció: “Si no creamos riqueza peligra el bienestar y la cohesión social; no pedimos privilegios, simplemente que no nos pongan obstáculos”.
Por su parte el presidente de la CEA, Santiago Herrero, subrayó que Andalucía tiene un diferencial negativo de diez puntos en porcentaje de número de sociedades respecto a la media nacional, por lo que “faltarían 150.000 empresas más”. Por tanto, uno de los objetivos debe ser propiciar la cultura empresarial y la creación de compañías. “Se trata de contribuir a una ilusión colectiva de desarrollo, que tiene que pasar necesariamente por las empresas” y después añadió, con mucha razón: “Me cuesta entender que no reciba el reconocimiento debido quien arriesga su dinero y patrimonio para crear empleo y riqueza”.
También me llamaron mucho la atención las afirmaciones de algunos dirigentes empresariales, como Manuel García Izquierdo: “La confianza no se construye con mentiras y medias verdades; y la verdad es que la crisis sigue ahí y cada vez es más profunda”; Luis Miguel Escolar: “Sólo pedimos que las administraciones atiendan sus compromisos de pago con el mismo rigor con el que recaudan los impuestos”; o José Prados Seseña: “Somos culpables, sí, pero de haber arriesgado nuestro patrimonio y de haber mejorado la sociedad con nuestro esfuerzo”.
Por tanto, el otro día se celebró una Convención de “los otros indignados”: pequeños y medianos empresarios, y autónomos que pacientemente, de forma constante y discreta, trabajan cada día y sin descanso por nuestra tierra, haciendo frente a sus obligaciones comerciales, fiscales, laborales y administrativas. Sin tomar las plazas, en silencio y pacíficamente, con la única arma del trabajo diario para hacer frente a las cuatro razones de que la crisis se haya cebado en nuestro país: la falta de financiación, la insostenible morosidad pública, la adversa fiscalidad empresarial y el ineficiente marco de las relaciones laborales.