Comunicación y liderazgo
La Comunicación Efectiva para transmitir la importancia en hábitos operativos que hagan más eficaz la gestión de la empresa.
Hace unos días los socios de HispaColex hemos realizado un curso de “Comunicación efectiva” (que no afectiva, aunque también), dirigido por Jordi Suriol. Conocí a Suriol hace 10 años, cuando era asesor personal de directivos de grandes empresas, profesor del IESE y uno de los especialistas con más éxito en el panorama nacional en coaching y comunicación. Recordando lo mucho que me sirvieron sus enseñanzas decidí invitarle a Granada para dar una conferencia a empresarios sobre la “Comunicación Efectiva”, con el objeto de transmitir la importancia de convertir los valores que deben definir unas sanas relaciones personales, en hábitos operativos que hagan más eficaz la gestión de la empresa.
Posteriormente entendí que debía aprovechar esta oportunidad para que mis socios pudieran ir más allá de lo que era la conferencia prevista. Acerté. Explicar la experiencia vivida en los tres días de duración del curso y lo que ha supuesto para todos nosotros es imposible, pero sí quisiera transmitir algo sobre la importancia de la comunicación para ejercer el liderazgo. Hemos aprendido que, a pesar de los años que llevemos de ejercicio como abogados, tenemos que mejorar en el saber escuchar a nuestros clientes. A lo largo del curso nos hemos dado cuenta de que decir que escuchas y escuchar no es lo mismo, la comunicación escuchando no sólo es mucho más fluida sino, sobretodo, efectiva.
Hay tres tipos de liderazgo según Suriol: Transaccional, aquel en el que la persona no es persona sino “cosa” ya que sólo se busca el intercambio, la transacción. Transformador, aquel en el que se influye en los que te rodean, en el que se ayuda a elevar las necesidades de autorrealización; forma parte de su objetivo la mejora de los demás y de la sociedad. Y trascendente, el líder trascendente va más allá de la transformación de lo visible o perceptible. Jordi Suriol nos trasmitió la importancia de al menos ser líderes trasformadores y para ello debemos apoyarnos en la comunicación efectiva, sin olvidar que “querer es antes que poder, pero saber ver lo que uno puede y actuar en consecuencia es obrar inteligentemente”.
Igualmente nos habló de la psico-esclerosis. “Hay una enfermedad todavía no codificada en la medicina tradicional: la psico-esclerosis que es hacer lo de siempre, esperando resultados distintos”, lo que me recordó la vigencia de la editorial publicada en el nº 26 (Noviembre 2010) de esta revista “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo”, en la que decía que “la satisfacción de haberlo dado todo es lo que forja al líder”. Y es que sólo alcanzan el éxito aquellas personas o aquellos empresarios que aprenden a aceptar la derrota; aquellos que renacen de sus cenizas; aquellos para los que la crisis es una oportunidad.